lunes, 4 de enero de 2010

Uganda y su ley antihomosexual

Traducción del usuario kwerkuus realizada en Menéame:


KAMPALA, Uganda - El pasado marzo llegaron a Uganda para impartir una serie de charlas tres cristianos evangélicos estadounidenses cuyas enseñanzas acerca de la "curación" de homosexuales habían sido ampliamente desacreditadas en los Estados Unidos.

La temática de las conferencias, según Stephen Langa, su organizador ugandés, era "la agenda gay - esa agenda tenebrosa y secreta" - y la amenaza que representaban los homosexuales para los valores bíblicos y la familia tradicional africana.

Durante tres días, según los participantes y de acuerdo a las grabaciones de audio, miles de ugandeses, incluyendo oficiales de policía, maestros y políticos del país, escucharon arrobados el mensaje de los estadounidenses, a los que se presentó como expertos en homosexualidad. Los visitantes discutieron cómo enderezar a los homosexuales, cómo los gays suelen sodomizar a adolescentes y como "el movimiento gay" es una institución maligna cuyo objetivo es "deponer a la sociedad basada en el matrimonio para reemplazarla por una cultura en la que prime la promiscuidad sexual."

Ahora los tres estadounidenses se encuentran a la defensiva y sostienen que no había intención de avivar el malestar que pudo conducir a la que vino después: una ley que impondrá la pena de muerte para el comportamiento homosexual.

Un mes después de la conferencia, un político ugandés anteriormente desconocido, que presume de tener amigos evangélicos en el gobierno estadounidense, propuso la Ley Contra la Homosexualidad de 2009, que amenaza con ahorcar a los homosexuales y, en consecuencia, ha puesto a Uganda en conflicto con los países occidentales.

Países donantes de ayuda, incluyendo a los Estados Unidos, piden que el gobierno ugandés acabe con la proposición de ley, sosteniendo que viola los Derechos Humanos, aunque el Ministro de Ética e Integridad de Uganda (que ya trató de prohibir las minifaldas) dijo que "los homosexuales pueden irse olvidando de los derechos humanos".

El gobierno ugandés, ante la perspectiva de perder millones en ayuda exterior, envía señales de que cederá, lentamente, y que cambiará la provisión de pena de muerte a cadena perpetua para algunos homosexuales. Sin embargo, la batalla esta lejos de finalizar.

Por el contrario, Uganda parece haberse convertido en una lejana línea de frente en las guerras culturales estadounidenses, contando con grupos norteamericanos en ambos bandos, la derecha cristiana y los activistas gays, inyectando apoyo y fondos a medida que se van comprometiendo en un debate mucho mayor sobre la homosexualidad en África.

"Se lo están jugando todo," advierte Mau Kiang, directora de la Fundación Astraea de Lesbianas por la Justicia, una organización neoyorquina que ha destinado casi 75.000 dólares a financiar el activismo homosexual en Uganda y espera hacer aumentar dicha cantidad.

Los tres estadounidenses que impartieron las charlas - Scott Lively, misionero que ha escrito numerosos libros contra la homosexualidad, incluyendo "7 pasos para poner a prueba a tus hijos. Guia para padres para protejer de la homosexualidad a los niños"; Caleb Lee Brundidge, que se presenta como un ex-gay que dirige "seminarios de curación"; y Don Schmierer, miembro de Exodus International, cuya misión es "mobilizar al Cuerpo de Cristo para ministrar gracia y verdad a un mundo impactado por la homosexualidad" - tratan ahora de distanciarse de la mentada ley.

"Me siento embaucado," afirmó Schmierer, sosteniendo que él había sido invitado para hablar de "habilidades parentales" para familias con hijos gays. Reconoció haber contado a su auditorio cómo los homosexuales podían ser convertidos en heterosexuales, pero afirmó no tener idea de que los ugandeses estaban contemplando la pena de muerte para la homosexualidad.

"Es horrible, totalmente horrible," dijo. "Algunas de las personas mejores que he conocido nunca son gays."

Lively y Brundidge se han expresado en términos parecidos en entrevistas o declaraciones cursadas por sus organizaciones. Pero los organizadores ugandeses del evento admiten haber colaborado en el borrador de la ley y el Sr. Lively ha reconocido que se reunió con legisladores ugandeses para discutirla. Incluso escribió en su blog, en marzo, que alguien había apreciado su campaña por "una bomba atómica contra la agenda gay en Uganda." Más tarde, al enfrentarse a las críticas, Lively dijo que estaba muy decepcionado de que la legislación fuese tan rigurosa.

Los activistas por los Derechos Humanos en Uganda dicen que la visita de los tres estadounidenses sirvió para poner en movimiento lo que podía ser una ciclo muy peligroso. Los ugandeses gays ya describen un mundo de apaleamientos, chantaje, amenazas de muerte como "¡Muere, sodomita!" pintadas en sus hogares, una hostigación permanente e incluso la llamada violación correctiva.

"Ahora sí que tenemos que ir a la clandestinidad," dijo Stosh Mugisha, una activista por los derechos gays que declara haber sido inmovilizada en un huerto y violada por un peón de granja que pretendía curarla de su atracción hacia las chicas. Dijo haber sido contagiada con el VIH pero que la reacción de su abuela fue simplemente decir "eres demasiado terca."

A pesar de tales agresiones, aquí muchos gays y lesbianas dicen que las cosas les estaban yendo mejor antes de la ley, al menos lo suficiente como para poder dar ruedas de prensa y defender sus derechos en público. Ahora les preocupa que la ley pueda dar pie a linchamientos. Ya las turbas linchan personas por delitos menores como robar zapatos.

"Lo que han hecho estas personas es encender un fuego que no pueden sofocar," dijo el Reverendo Kapya Kaoma, un zambiano que se metió en la clandestinidad durante seis meses para narrar la relación entre el movimiento antihomosexual africano y los evangélicos estadounidenses.

Kaoma estuvo en la conferencia y dijo que los tres estadounidenses "subestimaron la homofobia existente en Uganda" y "qué significa para los africanos que se les diga que existe cierto grupo que trata de destruir a sus hijos y a sus familias."

"Cuando dices cosas como esas," afirmó, "los africanos son capaces de luchar hasta la muerte."

Uganda es un país exuberante y pricipalmente rural donde los grupos cristianos conservadores tienen una enorme influencia. Después de todo, este es el país donde se propusieron becas de estudio por virginidad, el hilo musical del aeropuerto emite canciones sobre Jesús, haya pegatinas de "Uganda está bendita" en las puertas del Parlamento y la esposa del Presidente haya sugerido un censo de la virginidad como método de lucha contra el SIDA.

Durante la administración Bush, los oficiales estadounidenses alabaron los valores familiares de Uganda e inyectaron millones de dólares en programas para el fomento de la abstinencia sexual.

Uganda también se ha convertido en un imán para los grupos evangélicos estadounidenses. Algunas de las personalidades cristianas más conocidas han visitado recientemente el país, trayendo frecuentemente con ellos mensajes contra la homosexualidad, incluyendo al Reverendo Rick Warren, que visitó Uganda en 2008 y comparó la homosexualidad a la pedofilia. (Hace poco Warren condenó la ley antihomosexual, tratando de corregir lo que él llamo "errores y falsas imputaciones" que señalaban que él pudo haber jugado algún papel en el asunto.)

Muchos africanos contemplan la homosexualidad como una inmoralidad importada de Occidente y el continente rebosa de rigurosas leyes homófobas. En en norte de Nigeria, los hombres gays pueden ser lapidados. Más allá de África, un puñado de países musulmanes como Irán y Yemen también tienen instituida la pena capital para los homosexuales. Pero muchos ugandeses opinaron que la cosa estaba yendo demasiado lejos. Incluso unos pocos hablaron en defensa de los gays.

"I can defend them," dijo Haj Medith, taxista musulmán con muchos clientdes homosexuales. "Pero temo ¿qué? La policía, el gobierno. Pueden detenerte y mandarte a la carcel y yo no tengo abogado que me ayude."